Puerta de Hierro: territorio abandonado y arrasado por el paco.

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En una villa de La Matanza, una de las más peligrosas del conurbano, venden droga en un tercio de las casas; los jóvenes viven y mueren en un círculo vicioso: roban o se prostituyen para poder consumir

Puerta de Hierro es un lugar olvidado. Para entrar en sus pasillos es inevitable esquivar a algún chico tirado, que duerme en el piso: «Un fisurita», como les dicen en el barrio. El que dormía en la entrada ese viernes, cuando LA NACION recorrió la villa, no tenía 15 años y, aunque hacían casi 30 grados, estaba tapado con una manta: preparado para aguantar varios días drogado.